Espada a una mano

Dado que la espada a una mano tiene un extenso recorrido histórico, nosotros hemos acotado para la práctica unas morfologías que se adaptan al periodo histórico que trabajamos. Dichas espadas son la espada de pitones y espada de lazos.

La espada de pitones corresponde a una morfología concreta de espada a una mano que principalmente se dio en la península ibérica a finales del siglo XV y principios del XVI dando lugar a una tipología marcadamente hispana.

Suelen tener el pomo esférico o discoidal, aunque hay múltiples ejemplos con otras formas. Su guarda es característica por estar curvada hacia la hoja teniendo comúnmente los arriaces espatulados y tener un par de patillas para proteger los dedos en el caso de empuñar con el dedo índice tras la guarda. Las patillas pueden terminar en unos “pitones” – de ahí viene el nombre – que sobresaldrían sobre el plano de la hoja, también hay multitud de casos en los que las patillas acaban directamente sobre la hoja.

La espada de lazos puede ser contemporánea a la de pitones en sus ejemplos más tempranos – que son los que nos interesan – aunque tenemos más ejemplos de su uso en la península itálica que en la ibérica, al trabajar con referencias de ambos lugares nos parece interesante incluirla en nuestra panoplia.

Las que usamos en nuestra sala suelen tener arriaces rectos o en forma de “S” y tener además unas patillas para la protección de los dedos y estar reforzadas con anillos perpendiculares a la hoja y en algunos casos ramales o lazos que cruzaban la guarda en diagonal.

Fuente: https://wiktenauer.com/

Dentro de nuestra escuela, la espada puede ser esgrimida en solitario o auxiliada por diferentes elementos que podían ser tanto defensivos como ofensivos, los cuales vamos a enumerar a continuación.

Daga

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Dentro de las dagas tenemos tantas morfologías como funciones se precisaban de dicha herramienta, en caso que la daga tuviera la función de asistir a una espada en diferentes maniobras de esgrima – habitual a partir del siglo XVI como ilustran diferentes tratados de esgrima – la guarda del arma tenía que estar más o menos elaborada para proteger la mano de posibles ataques al quedar expuesta a las cuchilladas de un arma más larga.

Broquel

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Los broqueles eran escudos pequeños que se empuñaban y su uso está datado durante casi toda la edad media y buena parte de la edad moderna.

En la batalla eran llevados principalmente por tropas auxiliares ya que su utilidad y cobertura para la lucha en formación era más que cuestionable, sin embargo como apoyo al arma principal – generalmente una espada – en un combate singular eran elementos formidables, muy apreciados para la autodefensa, el duelo o la sala de armas.

Generalmente eran redondos – aunque los había de diversas formas – y no solían superar los 35 centímetros de diámetro – no hemos de confundirlos con las rodelas también circulares pero bastante más grandes – y por lo general tenían una pieza semiesférica de metal en el centro llamada umbo.

Los materiales en los que estaban fabricados eran de lo más diverso – cuero, metal, madera e incluso corcho

Rodela o rondache

Los escudos redondos que se embrazan son muy comunes a lo largo de la historia, en el siglo XV y XVI las rodelas solían medir entre 50 y 60 centímetros de diámetro.

Durante el siglo XV en Italia era un escudo bastante común – rondache – y solía estar construido a la usanza medieval con láminas de madera y varias capas de lienzo encolado, podía estar rematado con cuero o pergamino y decorado con los motivos heráldicos de la casa a quien sirviese su poseedor.

En el siglo XVI se popularizaron las rodelas metálicas, que podían ser un simple disco de metal sin adorno alguno, hasta estar decoradas con borlas, flecos y relieves metálicos entre otras cosas. Era común que poseyeran una punta en el centro de la cara exterior para poder herir al enemigo de presentarse la oportunidad.

Adarga

La adarga es un escudo de origen norteafricano que profusamente usado en los reinos hispanos durante buena parte de la edad media, aunque en un principio fue utilizado por tropas musulmanas, los cristianos no tardaron en usarlo de igual manera, tal y como lo puede atestiguar Pedro del Monte en su obra.

Está fabricado con varias capas de cuero recio hervido, encolado y cosido, por lo que a pesar de ser ligero posee una considerable dureza. A diferencia de otros escudos de tamaño similar como puede ser la rodela, la adarga no se embraza – aunque hay algunas referencias que apuntan a lo contrario – sino que se empuña de manera similar al broquel.

En la época que nos ocupa, su morfología más común es la de dos óvalos unidos .

Fuente: Museo de Jérica, pieza del retablo de san Jorge de Jérica

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